Por este motivo a continuación disfrutaremos de la lectura de este cuento resumido en el idioma inglés, junto a su pronunciación en audio y su traducción al español.
Jack and The Beanstalk
Once upon a time there was a boy named Jack who lived with his poor widowed mother. They had sold almost everything they owned to buy food. When their last cow stopped giving milk, Jack’s mother sent him to town to sell it. On the way to town Jack met a strange fellow who told him stories of magic beans. “Where can I buy some of these magic beans for my mother?” asked Jack. “I have the last five magic beans and I will sell them to you because you are a good boy,” the strange man smiled at Jack. “Well I have nothing but our old cow and we need the money I would get by selling her for food.” The man replied, “Trust me, my boy, these beans will bring you food and fortune and your mother will be proud.” Jack hesitated but finally traded the cow for the beans. When Jack returned home his mother was furious and threw the beans out the kitchen window crying. Jack went to bed that night sad and hungry. He woke the next morning to find a huge beanstalk growing in the garden. “The beans really are magic!” he cried. Jack saw that stalk reached the clouds. He remembered stories about the clouds containing gold and started climbing the stalk to see what he could find. He climbed and climbed. When he got to the top he saw a huge castle and headed for it. The door was so big that Jack could crawl beneath it. Once inside he saw a giant man eating his dinner. When the giant was finished he called his servant to bring him his bag of gold coins. While counting his money the giant became drowsy and fell asleep. Jack crept up to the giant and stole his bag of gold. He struggled down the beanstalk with his money and when got to the bottom he called for his mother. Jack’s mother was very happy because this money was the same money that the giant had stolen from Jack’s father many years ago. But she was also afraid she knew how dangerous the giant was and made Jack promise he would never go back. While Jack did promise, after awhile the money began to run out. Jack began to wonder if he would find anything else in the castle. Once again, Jack decided he would go back up the beanstalk and back to the castle. Once again he reached the castle and climbed under the castle door. And once again he found the giant eating dinner at his table. When he was finished this time however the giant called for his magic hen. Jack was amazed when he saw the hen lay an egg of pure gold. While the giant was watching the hen he again became drowsy and fell asleep. Jack crept silently to the table and grabbed the hen. When he returned home his mother was very angry that Jack had gone back to the castle. She grabbed Jack’s axe intent on cutting the beanstalk down. Jack begged her not to and showed her how hen that could lay golden eggs. Jack’s mother put the axe down and watched with delight as the hen layed one beautiful golden egg after another. After awhile Jack’s curiosity got the better of him and he once again thought about what else he could find he in the castle. Once again, Jack decided he would go back up the beanstalk and back to the castle. Once again he reached the castle and climbed under the castle door. And once again he found the giant eating dinner at his table. And once again when he was finished this time however the giant called for his magic harp. Jack watched as the harp began to play beautiful music all by itself. The music was so beautiful that before long the lazy giant was once again fast asleep. Jack crept silently to the table. But as soon as Jack picked up the harp it began playing very loudly in his strange hands and the giant awoke. “Fee, Fi, Fo, Fum,” yelled the giant and he chased after the boy and his harp. Jack raced to the beanstalk and slid down. He could feel the stalk shake as the giant began climbing down. Luckily his axe was near by and he began chopping down the beanstalk. The beanstalk shook and cracked under the weight of the giant and Jack’s chopping. Finally the stalk snapped and the giant fell to the earth never to be seen again. Jack and his mother lived happily ever after. | Había una vez un niño llamado Jack que vivía con su madre pobre y viuda. Ellos habían vendido casi todo lo que tenían para comprar comida. Cuando su última vaca dejó de dar leche, la madre de Jack le envió a la ciudad para que vendiera a la vaca. En el camino a la ciudad Jack conoció a un extraño hombre que le contaba historias de habichuelas mágicas. "¿Dónde puedo comprar unas cuantas habichuelas mágicas para mi madre?", Preguntó Jack. "Tengo las últimas cinco habichuelas mágicas y te las venderé a ti porque veo que eres un niño bueno", dijo el extraño sonriendo a Jack. "Bueno, no tengo nada solamente esta vieja vaca y la necesitamos para venderla y comprar comida" El hombre respondió: "Confía en mí, hijo mío, estos granos te traerán comida y fortuna y tu madre estará orgullosa." Jack dudó pero finalmente intercambió la vaca por las habichuelas. Cuando Jack volvió a casa de su madre, ella se puso furiosa y llorando lanzó los granos por la ventana de la cocina. Jack fue a la cama esa noche triste y con hambre. Se despertó a la mañana siguiente para encontrar un enorme tallo que crecía en el jardín. "Las habichuelas son realmente mágicas!", Exclamó. Jack vio que el tallo alcanzaba las nubes. Recordó historias sobre las nubes que contenían oro y comenzó a subir por el tallo para ver lo que podía encontrar. Subió y subió. Cuando llegó a la cima, vio un enorme castillo y se dirigió a él. La puerta era tan grande que Jack podía arrastrarse debajo de ella. Una vez dentro vio a un gigante devorando su cena. Cuando el gigante terminó de comer llamó a su criado y le pidió que le trajera su bolsa de monedas de oro. Mientras el gigante contaba su dinero empezó a adormecerse y posteriormente dormir. Jack se deslizó hasta el gigante y le quitó su bolsa de oro. Bajó por el gigante tallo con su dinero y cuando estuvo abajo llamó a su madre. La madre de Jack estaba muy feliz porque ese dinero era el mismo que el gigante había robado al padre de Jack hace muchos años atrás. Pero ella también tenía miedo porque sabía lo peligroso que era el gigante e hizo prometer a Jack que nunca volvería. Mientras Jack hizo la promesa, después de un tiempo el dinero comenzó a agotarse. Jack empezó a preguntarse si encontraría algo más en el castillo. Una vez más, Jack decidió volver a subir por el gigante tallo e ingresar al castillo. De nuevo llegó al castillo y se metió bajo la puerta. Y una vez más encontró al gigante comiendo en su mesa. Sin embargo esta vez cuando el gigante había terminado llamó a su gallina mágica. Jack se sorprendió cuando vio a la gallina poner un huevo de oro puro. Y mientras el gigante observaba a la gallina nuevamente le dio sueño y cayó dormido. Jack se deslizó silenciosamente a la mesa y cogió a la gallina. Cuando regresó a casa su madre estaba muy enojada de que Jack había vuelto al castillo. Agarró el hacha de Jack e intentó cortar el tallo. Jack le suplicó que no lo hiciera y le mostró cómo la gallina podía poner huevos de oro. La madre de Jack soltó el hacha y observó con deleite como la gallina ponía un hermoso huevo de oro, uno tras otro. Después de un tiempo la curiosidad de Jack sacó lo mejor de él y de nuevo pensó en qué más podría encontrar en el castillo. Una vez más, Jack decidió volver a subir por el tallo y regresar al castillo. De nuevo frente al castillo se metió bajo la puerta. Y una vez más encontró al gigante comiendo en su mesa. Y de nuevo cuando el gigante terminó esta vez llamó a su arpa mágica. Jack veía como el arpa comenzaba a tocar música hermosa por sí misma. La música era tan hermosa que en poco tiempo el gigante adormecido nuevamente empezaba a dormir. Jack se deslizó en silencio a la mesa. Pero tan pronto como cogió el arpa, ésta comenzó a tocar muy fuerte en sus extrañas manos y el gigante se despertó. "Fee, Fi, Fo, Fum," gritó el gigante y persiguió al muchacho y su arpa. Jack corrió hacia el tallo y se deslizó hacia abajo. Podía sentir el tallo sacudirse tan pronto como el gigante comenzaba a bajar. Por suerte su hacha estaba cerca y comenzó a talar el tallo. El tallo se sacudió y se agrietó a causa del peso del gigante y las cortadas de de Jack. Finalmente el tallo se rompió y el gigante cayó a la tierra para no ser visto de nuevo. Jack y su madre vivieron felices para siempre. |
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